3 + 1 LIBROS QUE FUERON ESCRITOS EN UN ARREBATO DE RESENTIMIENTO
Nunca podría haber pensado que la chispa de la creatividad podría estar oculta detrás de un sentimiento de rencor y resentimiento, sin embargo, es así.
Si también sois de esos que en las noches os quedáis delante de una pantalla blanca esperando que la musa inspiradora aparezca frente a vosotros, no esperéis más.
Lo que necesitáis para reactivar vuestra imaginación ya lo tenéis, es el rencor.
Esa avalancha de resentimiento malsano que se siente cuando ves a tu vecino aparcar de nuevo delante a tu garaje o esa animosidad que te posee cuando ves a tu compañera de trabajo sonreír engreída todos los días. Eso es todo lo que necesitas. Por lo menos funcionó para alguien.
Los autores de los que a continuación hablamos no necesitaron de otra cosa para crear obras maestras literarias, esas que nos han encantado y fascinado. Obras maestras que nacieron de este sentimiento tan mundano.
Entonces, veamos qué fue lo que tanto inflamó las entrañas de estos escritores para que escribieran un libro.
1) “FRANKESTEIN” DE MARY SHELLEY
Comencemos con uno de los más conocidos. Seguramente conoceréis la historia, pero tengo curiosidad por saber cuántos de vosotros conocéis este aspecto tan interesante que a continuación narro.
En ese período donde en Inglaterra gobernaba el gótico literario, todos estaban ocupados escribiendo historias con una atmósfera oscura y sombría, y muchos de los escritores más famosos de la época se reunían en largas veladas para contar historias aterradoras entre una taza de té y otra.
Se dice que fue precisamente en una de estas tertulias nocturnas en la casa de la pareja Shelley, cuando en un día tormentoso, le vino una idea a uno de los escritores contertulios, Lord Byron, (por cierto, uno de los más aclamados y reconocidos), el cual, arrobado en la animosa conversación, lanzó un desafío a sus colegas de literatura para escribir una historia, la “más escalofriante” que podían imaginar.
Mary Shelley, escritora de grande talento como lo era, era bien consciente de que era a la altura, si no más de sus colegas literarios y de su prometido, también escritor como todos los presentes, pero también sabía que, siendo la única mujer en el grupo de escritores, sus colegas pecaban un poco de presunción, por cierto, algo machista. Y no solo ellos, sino también la misma sociedad se vio afectada por ella, consolidada en un patriarcado obtuso y arrogante que impedía y disminuía el ascenso de las mujeres, especialmente en los campos literarios y científicos más reconocidos, que precisamente en ese momento eran muy populares, por temor, evidentemente, a ser eclipsados.
De modo que ella, motivada por un resentimiento de revancha, quiso dar una lección a todos estos hombres que juzgaban sin criterio ni valor.
Tuvo la gran idea de combinar esa visión del hombre «invencible» y capaz de ir más allá de la ciencia de la época, con todos esos experimentos científicos que se estaban volviendo muy populares, en una historia con un fondo profundamente sombrío y gótico, donde la arrogancia del hombre al querer desafiar cada regla dada por la naturaleza (incluso la de la muerte), lo lleva a sufrir el castigo de una creación fallida, prueba viviente del fracaso de un hombre orgulloso: el Doctor. Frankestein, también conocido como el verdadero monstruo de la historia.
Este último, de hecho, rechazará a la criatura con desprecio y horror, motivado solo por el rechazo de su incapacidad para reconocer sus propios límites, obligando al ser monstruoso a volverse contra la muchedumbre y contra su propio creador por haberlo traicionado.
Una trágica historia hoy día famosa para todos, cuyo verdadero significado, sin embargo, a menudo es ausente en las paráfrasis del relato, también éstas atrapadas en los simbolismos de la vida y la muerte.
2) «EL SEÑOR DE LAS MOSCAS» DE WILLIAM GOLDING
El contexto detrás de la realización de este libro es uno de los más singulares y, por lo tanto, también el más hilarante en un cierto sentido, especialmente si se lo compara con la trama dura y profunda que tiene el relato.
Profesor de literatura e inglés en un instituto masculino, William Golding estaba encantado con su profesión, aunque solo fuera por la enorme pasión y respeto que tenía por su labor, pero de una cosa pronto se hartó, y ésta era propio los alumnos a los que él enseñaba.
Sin duda la paciencia le venía a fallar cuando esos adolescentes rebeldes llenaban sus clases de gritos y risas, y quién no podía darle la razón cuando se experimenta ese fastidio y esa profunda exasperación únicos que solo los niños saben dar.
Después de años vividos en la irritación, desgraciadamente tuvo que abandonar su cátedra para unirse a la armada naval por la guerra. Allí vio todos los infames y desdeñosos actos que los hombres son capaces de hacer por instinto y por voluntad.
De vuelta, comenzó a escribir un libro basado en lo que había entendido sobre el hombre, su verdadera naturaleza y su oscuro potencial. Y cómo no, junto a esto solo podía desatar sus rencores contra esos niños molestos que tanto lo acosaban. Los pintó por completo según su experiencia personal y, de hecho, todos los personajes que viven la atroz historia de su relato, se basan precisamente en esos odiosos jóvenes niños de su clase.
Con una simplicidad aterradora, Goldling expone la perspectiva de la civilización humana sin filtros, donde una muestra de la sociedad (principalmente dominada por hombres) resulta ser el mayor de los horrores, solo para señalar todos esos problemas que persisten en nuestra sociedad y que aún no los hemos solucionado.
Asimismo, el libro, además de ser una «caricatura» espléndidamente distorsionada del género juvenil de aventura, con mucha más profundidad que la mayoría de éstos, también es una enorme y poderosa respuesta a la literatura anterior que describía a los jóvenes niños, en particular ingleses, como el símbolo de la razón y de la civilización, criaturas puras aún no contaminadas por el proceso irreprimible del crecimiento. Cuando, sin embargo, él mismo había sido testigo de como esa idea de perfección y moralidad poco se acercaba a la verdadera naturaleza de esos jóvenes sin frenos ni controles y a merced de su estupidez.
3) «LA DIVINA COMEDIA» DE DANTE ALIGHIERI
Esta obra está tan repleta de facetas y temas controvertidos e igualmente interesantes que pasaríamos artículos enteros hablando de ellos. Pero intentaré no perderme.
En cuanto a Alighieri, ciertamente su forzado exilio de su amada Florencia lo empujó a escribir con tanto fervor este complejo manuscrito lleno de metáforas y alegorías, pero sobre todo de numerosas citas y referencias reales a personas existentes y contemporáneas de su tiempo.
A este respecto, Dante no se detiene en absoluto en desatar su ira contra todos: aquellos que lo han alejado o le han hecho daño de alguna manera, conocidos directos e indirectos, personajes del pasado, de los cuales había leído y/o escuchado, denunciando con dureza así muchos miembros de la alta sociedad, clero, políticos y personalidades conocidas.
¿Y qué mejor manera de vengarse, sino condenándoles a una existencia eterna de dolor y aflicción, enviándolos “literalmente” al Infierno? (al menos en su imaginación).
Pues bien, sí, para aquellos que no estén familiarizados con la Divina Comedia, la obra trata de un mítico viaje que lleva al mismo autor junto a su compañero de viaje de otros tiempos, Virgilio, a recorrer juntos los reinos del ultratumba, el Infierno, el Purgatorio y finalmente el Paraíso.
De modo que no solo porta y castiga a quien le ha perjudicado o a quien simplemente le ha sido antipático condenándoles a su personal infierno, sino que incluso crea una específica ley, la llamada «Ley de represalias»( “Legge del Contrappasso”), que determina que el pecado que un alma ha cometido en la vida se «torcerá» contra él en la muerte, en un castigo irónicamente sádico que solo una persona llena de resentimiento y muchas horas libres podría inventar.
En una larga prosopopeya dialogada, repleta de referencias religiosas y denuncias políticas y sociales, Dante Alighieri tiene la oportunidad de juzgarlos abiertamente y sin escrúpulos, ya que en la realidad no había sido posible, dado el poder y el estatus social que poseían “los condenados”, llevando el entero concepto de venganza a otro nivel.
4) «LA GUERRA DE LOS MUNDOS» POR H.G. WELLS
Muchos recordarán la transposición cinematográfica de este libro, protagonizada por el actor Tom Cruise, empeñado en salvar a su familia de un repentino ataque alienígena que vierte el pánico y la muerte en la ciudad.
Aún así, lo que podría parecer una historia impetuosa sobre la amenaza de una invasión alienígena que golpea a una tranquila ciudad y el nacimiento de esos fugaces actos heroicos y humanos en esos momentos de vida o de muerte, es bastante gracioso si pensamos que brotó cuando George Wells un día, caminando por las calles de su ciudad, ya de tiempo bien harto, molesto e irritado de su barrio donde residía y de sus probablemente también fastidiosos residentes, comenzó a fantasear con lo “divertido” que sería si todo el barrio fuera aniquilado y destruido.
Y así comenzó a imaginar con creciente entusiasmo los detalles con los cuales su barrio sería desfigurado por la destrucción del ataque y los escombros que ocasionaría. Sus vecinos y conocidos serían asesinados y masacrados de la manera más sangrienta por extraterrestres despiadados y sanguinarios, creando así a partir de estas ideas estrafalarias y chocantes, la cruel y vívida trama del famoso libro, del que luego se hizo la popular película de ciencia ficción.
Ciertamente, H.G. Wells debe haber albergado ese rencor incruento durante mucho tiempo, pero no se puede decir que ese resentimiento no le sirvió para revitalizar su enorme imaginación, incluso con una pizca de frenesí y tirria.
OTRA CURIOSIDAD ESTA VEZ MÁS SIMPÁTICA
Como mención honorífica, me parecía apropiado insertar una anécdota del escritor C.S. Lewis con su gran amigo J.R.R Tolkien, quien éste último a menudo comentaba que en las historias de fantasía nunca había farolas, casi como si fuera una regla a seguir.
Ante esta asidua “tabarra”, Lewis comenzó a escribir una historia fantástica de un mundo rodeado de paisajes espectaculares donde la magia era la dueña, a la que se podía acceder gracias a un portal oculto dentro de un armario, que obviamente conducía a un camino lleno de farolas que iluminaban un bosque encantado cubierto de nieve, comenzando así la aventura de los protagonistas. Y así fue como nacieron «El león, la bruja y el armario» y la sin duda conocida saga de libros «Las crónicas de Narnia».
Ahora podemos sentirnos “alentados” si sentimos algún tipo de resentimiento y esa sensación irrefrenable de represalia y venganza. Si se nos oscurece la mente con ideas vesánicas, no solo podemos canalizar estas vigorosas emociones de una manera productiva, y por qué no también deleitable, desahogándonos de una manera creativa, sino también recordando que los más ilustres escritores han sido “afectados” antes que nosotros de este síndrome y por supuesto es algo normal y humano que nos distingue.
Si te gustó el artículo y conoces otros libros que, como estos, fueron concebidos en situaciones inusuales bajo el ímpetu irreprimible del resentimiento, no dudes en comentarlo a continuación en la sección de comentarios. ¡Estaremos encantados de leer y agregar tus recomendaciones más curiosas a la lista!
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